“Por alguna razón, la primera impresión que tienen de mí es que soy muy serio”

“Por alguna razón, la primera impresión que tienen de mí es que soy muy serio”

Enzo Sauma es ingeniero civil, académico e investigador principal de la Línea de Economía del Amoníaco de MIGA. Reconoce que muchos lo tildan de serio, pero una vez que lo conocen se dan cuenta que es de chistes rápidos y con un espíritu más relajado. “Me ven serio porque separo mucho el trabajo de la vida personal”, explica Enzo.

A Enzo Sauma no le gustan mucho las redes sociales, pero definitivamente no las necesita para ser alguien conocido. A veces sólo tiene que ir al supermercado, estar caminando en la calle o incluso estar realizando trekking en un cerro para que escuche la palabra “¡profesor!”, la que viene procedida por un saludo afectuoso de un exalumno.

Pero Enzo, que soñaba con ser futbolista de niño o recolector de basura, es todo lo contrario. Ha dedicado gran parte de su vida a la docencia y cada año enseña a un aproximado de 400 personas, específicamente ingenieros civiles en vías de formación. Además de pre-grado, también lo hace en magíster y doctorado. Enzo Sauma se mantiene ocupado, también es investigador principal de la línea 5 de MIGA relacionada a la economía del amoníaco, presidente de DICTUC, y hasta el año pasado, director del Centro de Energía UC, cargo que tenía desde su creación en el año 2017. Aún así, y aunque en la semana puede ser difícil balancear todas sus actividades, los fines de semanas se los dedica a su familia. Para lograrlo, su gran secreto es su señora: ”ella me apaña y es muy partner. Me apoya para poder hacer todas estas cosas”, afirma.

Está casado hace 23 años y tiene cuatro hijos que van de los 21 a los 10 años, le gusta la vida outdoor, pero tampoco es tan fanático. Eso sí, su señora es profesora de educación física y scout, por lo que ella es la que más lo incentiva. Siempre le ha gustado mantenerse activo, hasta hace un año era ávido jugador de fútbol, el cual tuvo que dejar por una lesión y posterior operación en la columna. También le gusta esquiar, subir cerros y hacer montañismo; y últimamente para aliviar su espalda, también realiza yoga.

Siempre le ha gustado mantenerse activo, hasta hace un año era ávido jugador de fútbol, el cual tuvo que dejar por una lesión y posterior operación en la columna. También le gusta esquiar, subir cerros y hacer montañismo; y últimamente para aliviar su espalda, también realiza yoga..

Desde muy joven fue bueno para las matemáticas, por lo que a los 17 años tomó la decisión de entrar a estudiar ingeniería civil. Con un excelente puntaje en la PAA se matriculó en la Universidad Católica donde descubrió dos pasiones: la energía y la docencia. En esta última partió como ayudante y una vez titulado no dudó en postular como profesor, camino en el cual lleva casi 23 años. Destaca que una de las cosas que considera fundamental es estar atento a sus alumnos. “Trato de incorporar siempre en relaciones de trabajo la parte más humana, y cuando les han preguntado qué es lo que agradecen de mí no es tanto lo técnico, sino que es la dedicación que entrego. Cuando están bajoneados trato de apoyarlos y ver qué hay detrás de esto porque creo que su estado de ánimo influye en la persona y en todo. Pregunto qué necesita; ya sea más tiempo o dedicarse a otras cosas. Hay que ser más flexible en algunas ocasiones” dice Enzo.

Hoy muchos ven a Enzo como una persona seria y formal, sin embargo, es bueno para hacer chistes y le gusta hacer reír. “Por alguna razón, la primera impresión que tienen de mí es que soy muy serio. Cuando hablamos por mail o teléfono me perciben una imagen distinta, pero al conocerme me dicen que no imaginaban que soy bueno para la talla”. Una de las actividades que más le gusta sin duda alguna es hacer asados. Sin ir más lejos, durante la pandemia, Enzo hizo uno todos los fines de semana casi como un ritual para sortear esos momentos de encierro.

¿Por qué decidió sumarse al MIGA?

 “Me pareció interesante MIGA porque soy científicamente curioso, me gusta conocer cosas nuevas y estudiar. De química sabía muy poco, ahora sé algo más. Tengo la curiosidad de conocer, podría quedarme cómodamente en lo que sé, pero no me gusta”, responde Enzo.

Desde el año 2000 que se dedica a temas energéticos, incluso su doctorado se basó en eso, por lo que su primera impresión era que la temática del amoníaco como vector energético le pareció una excelente idea. “Mauricio Isaacs me contó del proyecto de MIGA mientras caminábamos por el patio central de la universidad tras una reunión. Para hacer esto posible postulamos a un fondo milenio. Y cuando todos hablaban de hidrógeno verde, nosotros fuimos un paso más allá y hablamos de amoníaco verde. Es un proyecto integral, ya que incluye la creación, aplicación, ingeniería, construcción y economía del amoníaco, sostiene el investigador.

MIGA nació hace un año, por lo que aún se están robusteciendo los cimientos de cada línea, pero Enzo tiene claro lo que viene después para que el proyecto alcance el éxito. “Lo que debemos lograr a mediano plazo es trabajar en conjunto con las otras líneas de investigación, que interactuemos y veamos proyecciones. De esa manera, podremos evaluar avances, pero de una forma más integral, que nos permita participar y aprender más de las otras investigaciones”, cierra con entusiasmo el profesor Sauma.